Quobit

Cultura Digital, Tutoriales, tecnología y gadgets

La Nueva Ley de Ciencia y Tecnología podría detener el avance científico del país

Ley de Ciencia y Tecnología

Antes de terminar el año 2020, el Congreso de la Unión debe aprobar la nueva Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación; sin embargo, esto podría ocasionar la eliminación de todos los fideicomisos del CONACYT y detener el avance científico del país.

El pasado 15 de mayo de 2019 se modificó el Artículo 3º de la Constitución mexicana en su fracción V, para elevar el rango constitucional del derecho a gozar de los beneficios del desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica para los mexicanos.

Este hecho trajo consigo la necesidad de generar una nueva Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI), misma que su plazo máximo para aprobarse está por cumplirse. Es por eso que, antes de que termine este 2020 el Legislativo, por decreto constitucional, deberá presentar los nuevos estatutos que guiarán el futuro de la CTI en nuestro país.

Sin embargo, el dictamen pretende derogar los artículos 23 al 28 de la actual Ley de Ciencia y Tecnología, con los que se eliminarán todos los fideicomisos del Conacyt que incluyen el manejo de los fondos institucionales.

“Al aceptar la derogación de los artículos 23 al 28 de la actual Ley de Ciencia y Tecnología, se eliminarían todos los fideicomisos del CONACYT que incluyen el manejo de los fondos institucionales, sectoriales, de cooperación internacional y los mixtos. Aunque se manifiesta que no se propone extinguir aquellos fideicomisos de los que dependan las responsabilidades laborales contraídas por los CPIs con sus empleados, académicos y otros, la desaparición de los fondos mencionados y de los fideicomisos que sustentan el trabajo de los CPIs, reduciría sustancialmente los recursos para hacer investigación y formar nuevos investigadores”, señala la Red ProCienciaMx.

¿Qué representan extinguir los fideicomisos para la ciencia?

Extinguir los fideicomisos quita recursos para hacer investigaciones, asignar becas, reparación y actualización de infraestructura científica.

Los recursos que se depositan en los fideicomisos permiten que haya investigaciones que duren dos, tres, o más años, a diferencia del presupuesto público anual, por lo que se vuelven un mecanismo de financiamiento idóneo considerando el tiempo que requiere hacer investigación.

El doctor David René Romero Camarena, presidente de la Sociedad Mexicana de Bioquímica e investigador del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM, comenta que este anuncio llega justo cuando estamos en los niveles muy bajos de presupuesto para Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) en años.

En términos reales el presupuesto es comparable con el que se tenía en 2012, pero con muchas necesidades más, “hoy ni siquiera podemos pedir que se amplíen los recursos, estamos pidiendo que no se reduzcan para poder trabajar”.

Por ello, el llamado es para que los legisladores reconsideren el predictamen y permitan la preservación de los fideicomisos, “nos gustaría mantener un canal abierto, lo hicimos durante el Parlamento Abierto y hoy queremos ser tomados en cuenta”.

La pandemia ha sido un claro ejemplo del papel indispensable que tiene la ciencia para dar solución a problemas importantes del país y del mundo.